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Mujeres u hombres: ¿quiénes duermen mejor?

Por Zach Pearl, PhD
Miembro de Circadin.com

 

Hay una diferencia biológica muy clara entre la manera de dormir de los hombres y el de las mujeres 1 . En las mujeres, tanto el ritmo circadiano de la melatonina como el de la temperatura corporal se adelantan. En general, las mujeres se acuestan y se levantan antes que los hombres, y tienden a considerarse más mañaneras que los hombres 2 .
Desde un punto de vista objetivo, las mujeres sanas disfrutan de una mejor calidad de sueño que los hombres.
Los estudios realizados en laboratorios del sueño revelaron que las mujeres tienen más fases de sueño de ondas lentas (sueño profundo, más reparador) y un tiempo de sueño significativamente mayor; en promedio, las mujeres necesitan 20 minutos más de sueño que los hombres. También pasan menos tiempo despiertas y se duermen más rápido 3 .

Sin embargo y paradójicamente, las mujeres de todas las edades tienden a sufrir más problemas de sueño. En comparación con los hombres, las mujeres tienen el doble de probabilidades de padecer interrupciones del sueño e insomnio a lo largo de su vida 1 4 . Según distintos estudios, las mujeres afirman haber experimentado interrupciones del sueño e insomnio con mayor frecuencia que los hombres 5 . Refieren una peor calidad de sueño, dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos frecuentes y periodos más largos de vigilia durante la noche 6 .
Aunque las mujeres necesitan dormir más que los hombres, normalmente no duermen la cantidad adecuada por muchas razones:

  • El embarazo: los patrones de sueño y de vigilia se ven significativamente alterados tanto antes como después del parto. Las madres primerizas se exponen a posibles trastornos crónicos del sueño, como un aumento de los despertares nocturnos, una disminución de la eficiencia del sueño y una reducción sustancial del tiempo de sueño durante el final del embarazo. La privación severa del sueño también está muy extendida durante los primeros meses después del parto.Además, los niveles elevados de la hormona progesterona durante el embarazo pueden aumentar la necesidad de orinar los primeros meses de la gestación, lo que provoca malestar y, en consecuencia, interrupciones del sueño durante toda la noche. Estas molestias, como el aumento de la micción, las náuseas, la sensibilidad en los senos, el dolor de cabeza, el estreñimiento y el ardor de estómago, pueden afectar al sueño nocturno 7 .
  • La menopausia: las mujeres posmenopáusicas pueden sufrir una serie de trastornos del sueño, como insomnio, apnea obstructiva del sueño (AOS) y síndrome de las piernas inquietas (SPI). Estas alteraciones se han atribuido a una serie de factores como los cambios fisiológicos normales asociados al envejecimiento, la mala percepción de la salud, los síntomas relacionados con la menopausia, el nerviosismo, el estrés, los síntomas del estado de ánimo, etc 8 .Cuando llega la menopausia, se produce un descenso en la producción de estrógenos y progesterona. La disminución de los niveles de progesterona, una hormona que favorece el sueño, puede provocar trastornos del sueño. La hormona es a la vez sedante y ansiolítica, y afecta a los receptores que desempeñan un papel importante en el ciclo del sueño 8 . Además, durante la menopausia también se produce una drástica reducción de los niveles de melatonina, que tiene un efecto directo sobre el sueño 9 . Además, la menopausia también puede generar sofocos e inquietud por la noche, que impiden que las mujeres tengan un sueño adecuado y reparador.
  • El estrés: las mujeres son más propensas que los hombres a no poder dormir debido al estrés de la vida cotidiana y las obligaciones familiares. Esto se debe a que las mujeres suelen levantarse por la noche con más frecuencia para alimentar a los bebés pequeños, o para calmar y consolar a los niños pequeños con problemas para dormir. Las mujeres también pueden quedarse despiertas hasta más tarde en la noche para terminar las exigencias del trabajo después de haber terminado de cuidar a sus hijos y a la familia durante el día.

 

En comparación con los hombres, se observó que las mujeres presentaban menos somnolencia y un menor deterioro del rendimiento tras experimentar una falta de sueño, así como mayores mejoras tras la recuperación. Estas diferencias pueden explicarse por la mayor cantidad de sueño de ondas lentas, o «sueño profundo», en las mujeres, que compensa la restricción del sueño 10 .
No obstante, ambos sexos deberían dormir entre siete y nueve horas para disfrutar de un sueño de buena calidad y mantener una función cognitiva adecuada y unas capacidades motoras agudas. El ejercicio, el cumplimiento de un horario de sueño regular y otros hábitos de salud pueden ayudar a conciliar el sueño más rápidamente y a tener un sueño reparador.

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