El sueño es una condición normal repetitiva, caracterizada por un estado de conciencia reducida, menor reconocimiento del entorno y reducción del movimiento1. En los humanos, el principal episodio de sueño por lo general ocurre en forma de un período consolidado de aproximadamente 8 horas todas las noches, representando cerca de un tercio de la vida de un individuo. El sueño es una función esencial para la recuperación mental y física. Estudios en humanos y en animales han permitido descubrir que el sueño ejerce una función crítica sobre la función inmune, el metabolismo, la memoria, el aprendizaje, además de otras funciones vitales5.
Es bien conocido que el sueño es muy importante para la memoria, pero pocas personas pueden explicar porqué. El cerebro es muy activo durante ciertos períodos del sueño y los científicos han descubierto que es esencial para consolidar la memoria y restablecer el cerebro en preparación para un nuevo día de aprendizaje y funcionalidad diaria.
Psicología del sueño ¿Cómo funciona el reposo?
Nuestros patrones de sueño están gobernados por dos mecanismos4 6:
- Homeostasis – tendencia fisiológica de varios sistemas corporales internos a mantener funciones importantes como el sueño, estimular la presión arterial y la temperatura corporal en un estado estable. Por lo tanto, tendemos sentirnos más somnolientos mientras más tiempo permanecemos despiertos y menos somnolientos si acabamos de despertarnos después de una noche recuperadora de sueño.
- Ritmo circadiano – describe los cambios cíclicos del organismo durante un período de 24 horas. La mayoría de las funciones homeostáticas presentan cambios cíclicos durante las 24 horas del período día-noche; estos cambios se conocen como ritmos circadianos. En los humano, estos ritmos se solapan durante el período día-noche mediante el “reloj” del cerebro, una región conocida como el núcleo supraquiasmático (NSQ). Dicho reloj es muy sensible a la hormona melatonina, identificada como señal de oscuridad. El reloj circadiano controla el tiempo mientras dormimos y pasamos a la vigilia, sintiéndonos naturalmente listos para ello. La interrupción del ritmo circadianos afecta la capacidad de una persona de poder dormirse, la calidad del sueño y la facilidad de despertarse, con los consecuentes efectos dañino para la salud.
El dormir y el despertar son funciones controladas por el cerebro mediante un delicado equilibrio de la actividad de las células nerviosas responsables de dichas funciones.
Calidad y cantidad de sueño
La cantidad óptima de sueño varía de individuo a individuo, si bien la mayoría de las personas se sentirán renovadas después de haber dormido 7-8 horas. La forma natural del organismo de regular la cantidad de sueño que necesita un individuo y cuando se debe dormir está establecido por el proceso homeostático del sueño y el ritmo circadiano natural de cada individuo. Cuando dichos ritmos son perturbados, la cantidad y calidad de sueño puede verse afectado, afectando nuestra salud y la funcionalidad diaria.
Las evidencias acumuladas de amplios estudios clínicos sugieren que más que la cantidad de sueño es la calidad del mismo lo que tiene mayor impacto sobre la calidad de vida y la funcionalidad diaria2, y la perturbación del sueño puede tener efectos negativos sobre el control de la presión arterial y la cognición3.